MÁS ALLÁ DE LA FÍSICA
Aristóteles se educó bajo el manto de Platón, pero aún así,
creó y sentó las bases de su propia filosofía, una filosofía totalmente
distinta a la de su maestro. Aristóteles defiende en su filosofía al mundo de
lo visible y lo tangible, no reconoce relación alguna entre el subconsciente y
la realidad. Para él, no existen los objetos si no pueden ser estudiados en el
mundo real, demostrando así su existencia y sus propiedades. Ve el mundo desde
un punto de vista meramente objetivo, basado en la observación. Sus estudios
fueron concretos, pragmáticos, no había espacio ni tiempo para respuestas o
soluciones más allá del plano material.
A pesar de contradecir la filosofía de Platón, dejó un gran legado a la humanidad, al igual
que su maestro, y aún después de una brecha histórica de miles de años, sus
postulados siguen siendo utilizados en la ciencia y la cotidianidad. Sus conocimientos
sobre lógica o lógica aristotélica, su posición sobre el pensamiento y el
razonamiento siguen vigentes.
Su filosofía, en todos los aspectos que abarcó, se fundamentó
en la razón, por eso consideraba al hombre un animal racional, capaz de pensar,
de plantearse interrogantes y darles respuestas; en política y educación,
Aristóteles justificaba las acciones por su causa y efecto, es decir, la
ejecución de una acción con un fin específico. Para él, la forma en la que se
educaba a los jóvenes y se ejecutaban las leyes en la polis, determinaría el
porvenir de una sociedad prospera, con individuos felices, pues esa era la
finalidad del hombre, ser feliz dentro de un marco de respeto y trabajo propio
y justo, de acuerdo a las capacidades de cada uno, para cubrir sus necesidades
elementales y vivir cómodamente.
Hablar de Aristóteles es hablar de filosofía científica, de
hechos reales y concretos más que de inquietudes existencialistas, del cómo,
del por qué y el para qué de los objetos, del individuo y de su forma de
existencia.
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